Lo más importante en la higiene íntima es que sea suave. Los geles de ducha normales y los productos con jabón, así como algunos ingredientes como el perfume y el alcohol resecan la piel sensible. Por eso si tu piel se irrita con facilidad, lo ideal es evitarlos totalmente.
Para conservar la capa ácida protectora natural de la piel, los productos de cuidado íntimo que uses han de tener un pH-neutro. En otras palabras: han de tener la misma acidez que la piel.
Pero ¿sabías que tu zona íntima tiene un nivel de pH ligeramente ácido? Este nivel suele estar entre 4.0 y 4.5. Así que es recomendable utilizar
productos adaptados al pH de tu zona íntima en lugar de geles de ducha y champús convencionales. Evita que el chorro de agua apunte directamente a esta zona sensible, pues así podrían introducirse bacterias en tu cuerpo y opta por el agua tibia. Si te enjabonas con una esponja o manopla, es recomendable lavarla a continuación con agua caliente: así tendrás la seguridad de que eliminas todas las bacterias antes de volver a utilizarla.