Si la deshidratación es extrema, la piel tiende a contraerse y a volverse muy frágil, lo que puede dar lugar a la aparición de grietas cutáneas, sobre todo en zonas como los codos o los talones.
La piel es nuestro órgano más extenso y cumple funciones muy importantes, como la de actuar a modo de barrera protectora y regular la temperatura del cuerpo. Para poder cumplir estas funciones, los niveles de hidratación deben ser óptimos, pero muchas veces, esto no ocurre.
Por suerte, una buena rutina de cuidado de la piel y la elección correcta de productos puede ayudar a recuperar su salud y su belleza natural.